¿Qué tal una Semana Santa cervantina? Revive algunos pasajes de El Quijote en la Ruta que inspiró su historia

Emular la vida del ingenioso hidalgo por unos días y entregarse a la vida en
calma, el buen comer y el mejor vino. ¡Qué mejor plan para Semana Santa! La
Ruta del Vino de La Mancha abre las puertas de la cueva en la que se inspiró
Cervantes para escribir la historia del más famoso caballero de La Mancha y te
invita a descubrir la patria de Dulcinea. Los pasos de la imaginación cervantina te
llevarán hasta los molinos de viento y, si quieres, a vivir la solemnidad de

procesiones con hasta cinco siglos de historia

XXXX, xx de abril de 2025.- En Semana Santa apetece descansar. Desconectar de la rutina y
leerse un buen clásico. “Mire vuestra merced –respondió Sancho– que aquellos que allí se parecen
no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas que,
volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.”
¿Qué tal conocer los lugares de los que se habla en el ‘clásico’ por excelencia? La Ruta del Vino
de La Mancha es el escenario de muchos de los episodios del ingenioso hidalgo Don Quijote de
La Mancha. Si quieres seguir sus pasos y emular sus andanzas, ya estás poniendo rumbo al
mayor viñedo del mundo. Esta Semana Santa, acércate a conocer los famosos molinos de
viento, tinajas de barro de hasta 4 metros de alto o cuevas-bodega excavadas a 12 metros bajo
tierra. Sentirás la emoción de las procesiones de Villarrobledo, Campo de Criptana o Villarrubia
de los Ojos (declaradas de Interés Turístico Regional) y viajarás al Siglo de Oro con las jornadas
cervantinas de Argamasilla de Alba o El Toboso, la patria de Dulcinea.

Campo de Criptana: una Semana Santa y una Cervantina en ‘Tierra de Gigantes’
Acercarse hasta esta tierra es seguir los pasos de Don Quijote en uno de los episodios más
conocidos de la célebre obra de Cervantes: el de los gigantes que no eran sino molinos. Pasear
por el Barrio del Albaicín con sus encantadoras casas-cueva pintadas en azul añil y cal, rumbo a
la Sierra de los Molinos, es un planazo para viajeros que buscan además de historia y tradición,
volver a casa cargados de fotones. Si además te gusta la Semana Santa, has de saber que la de
Campo de Criptana fue declarada de Interés Turístico Regional por la solemnidad de sus
procesiones que cada año reúnen a centenares de devotos.

Pero si hay un plan con el que viajar de lleno al Siglo de Oro ése es la Semana Cervantina de
Campo de Criptana, que lleva casi medio siglo rindiendo homenaje a la figura de Miguel de
Cervantes gracias a la Asociación de Hidalgos Amigos de los Molinos de Campo de Criptana. Del
23 al 29 de abril, los seguidores de la figura de El Quijote podrán disfrutar de un amplio
programa de actividades en el que no faltarán actos literarios y formativos, exposiciones de
arte y conciertos, así como un tradicional molienda en el Burleta (molino del s XVI que conserva
parte de su maquinaria original), que tendrá lugar el día 27 y en la que se podrán degustar los
sabores manchegos más tradicionales como el de las gachas, los titos o la popular zurra, hecha
a base de vino de esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha.

Villarrobledo: tinajas de barro de 4 metros de altura y procesiones
Declarada de Interés Turístico Regional, la Semana Santa de Villarrobledo (s XVI) es visita
obligatoria en la Ruta del Vino de La Mancha. La devoción que se respira en torno a
procesiones como la del ‘Santo Entierro’ del Viernes Santo o la del Cristo Yacente, obra del
escultor Vicente Tena (Premio Nacional de Escultura) son dos buenas razones para venir a
descubrir esta ciudad.
Pocos destinos hay más apetecibles para viajeros que busquen emular a Don Quijote en eso
del buen comer, el buen beber y la vida tranquila. Mayor productora de vino y uva del mundo,
la tradición vitivinícola ha dejado en Villarrobledo algo muy arraigado: la alfarería tinajera. Este
arte ancestral de hacer tinajas de barro de casi 4 metros de altura se puede descubrir al detalle
en el Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera. De esas visitas en familia que no se
olvidan.

Villarrubia de los Ojos y sus ‘amortajadas’
Entre viñedos y olivares se encuentra el ‘Mirador de La Mancha’, cuya Semana Santa se
remonta al siglo XVII. Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional reúne cada año a miles de
devotos en torno a sus procesiones de ‘La oración en el Huerto’ y el ‘Santo Entierro’ con sus
‘amortajadas’ (mujeres con ropajes fúnebres antiguos) el Jueves y Viernes Santo. Pero venir a
Villarrubia de los Ojos es recogimiento, pero también planes con amigos y en familia en torno a
una mesa en la que la gastronomía derrocha sus mejores sabores manchegos y las copas se
llenan de sus reconocidos vinos. Sobremesas con mucho sabor cervantino.

El Provencio: gastronomía de la que sabe a casa y despierta recuerdos
La Semana Santa en El Provencio es devoción y tradición. Las hermandades tomando las calles
y los viajeros descubriendo las costumbres de esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha
que vive su momento de mayor emoción con la Procesión del Encuentro, que comienza a
primera hora con los pasos de la Verónica al Nazareno, el Jesús Crucificado y la Virgen
Dolorosa.
Para aquellos que llegan con intención de conocer además las raíces vitivinícolas de esta tierra,
nada como descubrir El Provencio subterráneo, donde se esconden galerías bajo tierra en las

que antiguamente se elaboraban y almacenaban los vinos Canforrales. Si además eres un
foodlover en potencia, conviene darse un homenaje con la rica gastronomía local, que en esta
época se esmera con los platos de puchero y potajes a base de judías, garbanzos y bacalao o
postres tradicionales como las torrijas, el arroz de polvorín o las migas dulces.

Las cuevas-bodega de Tomelloso, el vino y la Romería Virgen de las Viñas
A 12 metros bajo tierra se horadaron en el siglo XIX las cuevas-bodega que hoy recorren los
cimientos de Tomelloso. Cualquiera de estos templos del vino son un motivo perfecto para
acercarse hasta esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha a catar los vinos de los que tanto
habla Cervantes en su obra. Y es que entre los muchos atractivos turísticos de esta ciudad, se
encuentra el ser uno de los municipios que contempló las andanzas del famoso hidalgo. Un
paseo entre bombos y chimeneas es además el abrebocas perfecto para otro de los grandes
planes de la agenda tomellosera: su Romería de la Virgen de las Viñas, que se celebra el último
domingo de abril. Un espectáculo de belleza y tradición. Las raíces vitivinícolas de la Ruta del
Vino de La Mancha se ponen en valor en cada paso que se da hacia el santuario de Pinilla, para
rendir honor a la virgen. Las reatas engalanadas son muestra de una tradición que lejos de
desaparecer cada año reúne a más amantes de lo auténtico

El Toboso y su viaje al siglo XVII de la mano de Dulcinea
Dulcinea nos abre camino entre las calles de esta parada de la Ruta en la que Don Quijote cayó
enamorado. Aquí en El Toboso, el viajero encuentra toques quijotescos casi en cada esquina,
empezando por la Casa de Dulcinea, pasando por su Museo Cervantino o el del Humor Gráfico
Dulcinea y acabando por sus Jornadas Cervantinas. Declaradas de Interés Turístico Regional, se
celebran siempre en torno al Día del Libro (23 de abril) son un viaje al siglo XVII, pues toda la
localidad se engalana para revivir la magia de esta época que ha llevado el nombre de La
Mancha por todo el mundo. Conciertos, danza, teatro y hasta un mercado cervantino, son solo
algunas de las actividades que se ponen en marcha en una de las grandes citas del calendario
toboseño.

Argamasilla de Alba, el lugar que inspiró a Cervantes para su gran obra
Argamasilla de Alba: El lugar de la Mancha de cuyo nombre Cervantes no quiso acordarse.
Pocos escenarios hay más cervantinos que esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha.
Lugar de culto para amantes del Quijote y escapada perfecta para quienes disfrutan de la
devoción de estos días. Las procesiones de Jueves y Viernes Santo, con las imágenes de Jesús
Nazareno, Ntra. Sra. de la Soledad, el Santo Sepulcro y Ntra. Sra. de los Dolores, se roban todas
las miradas.
Y lejos de esa solemnidad, la Casa y la Cueva de Medrano: el auténtico escenario de la gran
obra del Siglo de Oro, pues fue aquí donde se inspiró Cervantes para escribirla. Tal honor
celebra esta localidad durante el Mes de las Letras con un amplio programa literario, el
complemento perfecto para combinar con experiencias enoturísticas en bodegas, catas y
degustaciones de algunos de los mejores productos locales elaborados de forma artesanal. Y

para los más outdoor, rutas por la naturaleza del Alto Guadiana para disfrutar de maravillas
como el Castillo de Peñarroya, fortaleza que sirve de entrada al Parque Natural de las Lagunas
de Ruidera.

Alcázar de San Juan: solemnidad y devoción entre molinos de viento
La Semana Santa de Alcázar de San Juan es una de las festividades más esperadas de la región,
pues combina tradición, devoción y un fuerte sentido comunitario en un escenario de una gran
riqueza patrimonial. Los molinos de viento, los viñedos o templos como el Convento de San
Francisco o el de la Santísima Trinidad, merecen ya una visita en la ciudad alcazareña donde,
desde el 11 al 20 de abril, son diez las procesiones que llenan de simbolismo esta parada de la
Ruta del Vino de La Mancha. Las más destacadas la de la Expiación (miércoles 16), la de los
Ferroviarios y Jesús Caído (jueves 17), y las del Viernes Santo: Jesús Nazareno (06:30 h), el Santo
Entierro (21:00 h) y la Procesión del Silencio (23:00 h), la Procesión de Nuestra Señora de los
Dolores (día 11) y la Borriquilla el Domingo de Ramos (11 horas).

¿Te ha gustado el artículo?

Share on facebook
Comparte en Facebook
Share on whatsapp
Comparte en WhatsApp
Share on linkedin
Comparte en Linkdin
Share on email
Comparte en Email